*EL TIEMPO ENTRE CESTITOS*
Posted by TRINIDAD CANEL | Posted in | Posted on 6:42

Yo personalmente voy comprobando que al paso del tiempo, la tolerancia va siendo más presente en mí, no enjuicio en la forma quizás más atrevida de otro tiempo y a la vez me molesta más que otros lo hagan, tal vez por ello me refugio en el tiempo que llamo “el cestillo y los cestillos” según el día, me refugio del mundanal ruido de esta forma que les cuento: últimamente y sin apenas darme cuenta he adquirido una pequeña colección de cestos que van haciendo un espacio de parcelas bien definidas en mi tiempo de ocio, relax o placentero, en un cesto viajan de un lugar a otro de la casa, los últimos libros que yo adquirí y otros que me han regalado y que a diferencia de tiempo pasado estoy leyendo alternativamente y a la vez por tiempos, según el sentir del momento, vuelvo a leer a Mario Benedetti en su libro “Vivir adrede” y también repito con Pío Baroja con el libro “El mundo es ansí” donde me siento particularmente definida pues dice al principio de este libro que un escritor cuando no le envuelve las nubes del éxito y del triunfo es considerado por algunos de los amigos y familiares como alguien que vive perdido y elucubrando en tonterías mientras que si de repente el éxito abruma al autor entonces ya se le considera talentoso y brillante.
También estoy leyendo un pequeño libro de poemas de Jaime Siles con el título “Horas extra” que he visto recomendado en la revista “Qué leer” que tanto me gusta, a ver si algún día tengo la alegría de ver asomar en sus páginas una obra mía. También en esta mixtura va impresa “La mujer que leía demasiado”, que no es el de Esthert Tusquets también muy bonito, la autora de este es una escritora de origen iraní y de nombre imposible.
Me encanta el de Manuel Vicent que se titula” Aguirre, El Magnífico” no encuentro que salga tan vapuleado el esposo de Cayetana como en principio se dijo, habla de su inteligencia y de sus talentos, también va salpicado el libro de anécdotas que vivió el autor muy sorprendentes.
Otro título que viaja en mi cestito: “Una habitación ajena” de Alicia Jiménez y que esta enlazado con la vida de Virginia Woolf. ¡Y cómo no! actualmente en este presente de lectura he rescatado otra vez a mi querida y admirada Josefina Aldecoa de la cual excepto uno que no consigo, atesoro todos sus libros. Actualmente estoy leyendo un título suyo “Porqué éramos jóvenes” me entusiasma y me motiva esta mixtura literaria.
En otro cesto viajan en plan doméstico, quiero decir de un sitio a otro de la casa, varias libretas de bonitos colores, las de color rosa, las amarilla, la azul celeste, este color siempre me trae el recuerdo de mi prima Anabella la cual siempre dice: “aunque te cueste celeste”.
Cada color contiene y recoge escritos diferentes, es una forma sencilla de organización, ¡que me visitan las musas en plan romántica!, pues donde creéis que cae el ingenio , no hay duda en el color rosa, ¡que las musas tienen que ver con la naturaleza!, por su puesto la libreta verde es el puerto adecuado para ello, ¡que lo hacen sobre algo que tiene que ver con las utopías!, el azul y ¡si las musas van por la línea infantil o juvenil el que recoge y abriga mis notas no puede ser otro color que al amarillo!, el color que en la antigüedad era considerado hasta Mollier representativo de los dioses y de la buena suerte y en contraste con los cestitos en los que habita la literatura y la creatividad, otro en el que reposan una relajante labor ganchillo y petit point para cuando la mente necesita evadirse de problemas y pesares obsesivos.
Cada color contiene y recoge escritos diferentes, es una forma sencilla de organización, ¡que me visitan las musas en plan romántica!, pues donde creéis que cae el ingenio , no hay duda en el color rosa, ¡que las musas tienen que ver con la naturaleza!, por su puesto la libreta verde es el puerto adecuado para ello, ¡que lo hacen sobre algo que tiene que ver con las utopías!, el azul y ¡si las musas van por la línea infantil o juvenil el que recoge y abriga mis notas no puede ser otro color que al amarillo!, el color que en la antigüedad era considerado hasta Mollier representativo de los dioses y de la buena suerte y en contraste con los cestitos en los que habita la literatura y la creatividad, otro en el que reposan una relajante labor ganchillo y petit point para cuando la mente necesita evadirse de problemas y pesares obsesivos.
Ah! he de mencionar también al que transporta, aunque me sonroje, el cesto habitado por la prensa del corazón y el cotilleo en el que, para no ser menos, hay siempre mixtura de periódicos.
En otro más pequeñito se recoge mi pequeño radio y mi grabadora, él que está actualmente exiliado de este cesto: el teléfono, en estos momentos por prescripción facultativa, como veis salpicada de sencillez y de pequeñas manías transcurre la vida, por supuesto la mía.
En otro más pequeñito se recoge mi pequeño radio y mi grabadora, él que está actualmente exiliado de este cesto: el teléfono, en estos momentos por prescripción facultativa, como veis salpicada de sencillez y de pequeñas manías transcurre la vida, por supuesto la mía.
¡Hasta pronto amigos!
TRINIDAD CANEL
Comments (0)
Publicar un comentario